Cuando viajas por el mundo te vuelves más consciente de que la vida está dividida en instantes que, juntos, forman un conjunto más o menos satisfactorio (todo se puede cambiar, esto lo trataremos más extensamente en posts posteriores).
La fotografía permite capturar ese instante que no sabes si volverás a vivir en aquella ciudad, frente a aquel monumento o alimentando ilegalmente a algún animal en un zoo o parque... Es quizá por eso por lo que últimamente estoy analizando comparativas de cámaras réflex digitales en la red, porque mi compacta sólo me permite recordar los momentos que vivo de día cuando viajo. Las fotografías de noche, por mucho que lo intente, no salen bien...Movidas, oscuras o demasiado claras...Total, un desastre tal que he decidido que, de momento, me quedo con el recuerdo perecedero de mi disco duro personal.
Pero la retina no siempre capta todos los detalles y en las fotografías de mis viajes siempre encuentro detalles que no he sido capaz de percibir en el momento...De ahí lo de intentar introducirme en la fotografía réflex digital. Lo sé, es un campo complejo, pero mis aspiraciones no son muchas. Por el momento, me conformo con una iniciación mediante una cámara de fácil manejo y que haga buenas fotografías. Olympus, Nikon y Sony son las opciones. En las apuestas gana la Olympus E-420.
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