Noche movidita con llamadas de un ingenuo discotequero al que su nuevo ligue le cambió el último dígito de su número de móvil. Tras insistir en que yo no era la chica que buscaba, el muchacho, que no atendía a mis negaciones, recibió, con todo el dolor de mi corazón, mi callada por respuesta.
Tanto ajetreo parece que alteró mi placentero sueño, que pareció convertirse en profecía: imaginad la chica más bonita que hayáis visto nunca (yo apenas tengo que pensar, tengo su rostro grabado a fuego...), sujetando una serie de pegatinas de Londres (el Big Ben, los autobuses rojos...). De repente, da la vuelta al papel y aparece dibujado un plano de Madrid...Leo: "Embajadores, 3". Me levanto de un sobresalto.
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